Con la transformación digital y el despliegue de las nuevas tecnologías, el mundo jurídico es cada vez más dinámico y su comprensión mucho más fácil. Hoy en día, la inteligencia jurídica es una tarea importante para los abogados.
Anteriormente considerado bajo el prisma de la inteligencia económica, se ha desarrollado gradualmente desde 2018 gracias a la Escuela de Guerra Económica. Este término se utiliza ahora para designar diversas actividades relacionadas con el derecho, y en particular con los datos abiertos judiciales y la inteligencia jurídica. Centrarse en la inteligencia jurídica, una nueva forma de entender el derecho en la empresa.
Inteligencia jurídica : ¿de qué trata?
La inteligencia jurídica es una disciplina que se inscribe en la corriente de la inteligencia económica, pero que aporta ciertas particularidades propias de las profesiones jurídicas y del pensamiento jurídico. El objetivo es analizar varios ejes para entender las estrategias y las relaciones de poder a través del derecho, gracias a un tecnicismo jurídico que es una fuente de valor añadido para todos. La ley se convierte así en una herramienta de guerra económica que se utiliza directa o indirectamente. La inteligencia jurídica se interesa, pues, por todas las estrategias y técnicas utilizadas por los agentes públicos, los Estados, los tribunales, los litigantes y las empresas del sector tecnológico. En cuanto las estrategias crean valor o se utilizan para desestabilizar o conquistar, la inteligencia jurídica se interesa por ellas y se esfuerza por abordar todas sus interacciones e impactos, por mínimos que sean.
Relación entre la inteligencia jurídica y la inteligencia empresarial
La inteligencia jurídica complementa la inteligencia económica en el sentido de que utiliza una caja de herramientas más amplia. Añade algunos elementos como el enfoque del proyecto, los métodos de cálculo avanzados, la innovación y la esquematización. El enfoque del proyecto nos permite liberarnos de las ataduras de la ley e ir más allá de los aspectos jurídicos puramente técnicos, aportando un enfoque refinado y moderno gracias a las nuevas tecnologías.
Gracias al uso de este tipo de inteligencia, el papel del abogado es fundamental en la inteligencia económica. Cuando se combina con los datos abiertos, ofrece una visión más amplia de la ley en su totalidad y permite comprender los problemas que están en juego en el mundo actual, al tiempo que se priorizan los problemas encontrados. El abogado gana en experiencia y evita la uberización de la profesión. Todo ello dando más sentido y seguridad a las garantías de protección de los derechos de los ciudadanos.
¿Cómo integrar la inteligencia jurídica en su estrategia empresarial?
Los abogados de empresa y los departamentos jurídicos están ahora ampliamente invitados a aceptar el reto de la inteligencia jurídica. En efecto, una empresa de éxito no puede eludir la obligación de desarrollar una estrategia pensada de antemano, teniendo en cuenta su entorno y la relación de fuerzas que está en juego. Se trata entonces de comprender lo mejor posible los problemas para tomar la mejor decisión desde el punto de vista jurídico. Esto ahorra un tiempo precioso y evita que el proyecto sufra un problema en la fase de diseño.
Hoy en día, los departamentos jurídicos son cada vez más conscientes de este imperativo y a menudo recurren a estrategas jurídicos que se ocupan de poner en práctica estrategias completas que cumplan con la ley, sobre todo reduciendo los riesgos de posibles litigios. Por lo tanto, el abogado ya no se limita a enunciar la ley y hacerla cumplir. Co-diseñan proyectos de alto valor añadido y proponen soluciones viables que van más allá del puro derecho.
Herramientas de inteligencia jurídica y digitalización
El mercado ofrece cada vez más herramientas variadas para conseguir una inteligencia jurídica de calidad, aunque se trata de un tema bastante reciente y, por tanto, todavía en proceso de desarrollo. En los próximos años, el objetivo es formar a profesionales del derecho que puedan obtener este enfoque estratégico con una parrilla de lectura más clara. También se trata de controlar y detectar la información decisiva. Sin olvidar la obligación de transcribir los temas y las relaciones de poder de forma estratégica y pragmática.
Combinando soluciones de inteligencia económica y jurídica, el abogado facilita la comprensión del derecho y su correcta aplicación. Participa diariamente en la estrategia de la empresa y es un verdadero activo, un verdadero estratega además de ser un socio económico al servicio de la evolución de la estructura. Todo esto se hace con la ayuda de soluciones tecnológicas avanzadas que utilizan la inteligencia artificial en particular. Esto ahorra tiempo y dinero a la empresa, que puede centrarse más en tareas de alto valor añadido.
Mediante una plataforma colaborativa, de la que DiliTrust Governance es un ejemplo emblemático, el departamento jurídico de la empresa gestiona diariamente todas sus actividades.